(Ojalá tener la décima parte del talento de Dani Cantó para poder escribir esto:)

Autoescuela adoran la normalidad, es a ella a la que cantan, aunque su extrema normalidad pueda parecernos diferente y ajena. La normalidad de los veranos en Asturias, en Raíces, de las tardes jugando videojuegos, de las tiendas de comida y los cromos de fútbol. La normalidad de una vida adulta que no parece alejarse mucho de la adolescencia. Porque todo en esta normalidad avanza lento.

Todo avanza lento pero a un ritmo imparable, como la capacidad de Santi y David de construir pequeñas canciones de pop, cortas pero relevantes. Un don que les ha permitido componer ya 88 canciones, cuatro discos y varios EPs, en sus dos años desde su formación como grupo. Siempre normales, siempre diferentes, son capaces de mirar lo normal desde un prisma que lo hace único. Que les hace únicos.

En este 2018 han compuesto ya dos discos, ‘boris’ (editado en CD por Snap! Clap!) y su nuevísimo ‘quattro’ que verá la luz en vinilo gracias a la unión de Snap! Clap!, Caballito Records y Fikasound. Aún así, 2018 ha sido un año de mierda. Ellos mismos lo reconocen.

“En nuestra condición de gente brasas que no sabe hacer otra cosa que canciones hemos hecho 25 nuevas, que son, más o menos, las mejores que hemos hecho hasta la fecha. Las hemos hecho en buena parte para no estar pensando en las razones que han hecho de 2018 un año de putisima mierda.. Todo lo compusimos cada uno en su casa.

Hay un equilibrio de canciones de David y canciones de Santi, que luego se convierten en canciones de los dos según se van retocando y grabando. Grabamos la mitad en casa de uno y la otra mitad en casa de otro, entre julio y agosto. Entre las dos casas hay un paseo de 1,3 kilómetros que incluye un ambulatorio, gallinas, tiendas de tablas de surf, el kiosco Anita y una pintada que pone “sexo anal”. Nos pasamos los días de casa de uno a casa del otro. A veces cuando uno grababa el otro se ponía a jugar al Mario Kart y viceversa. Fue un verano de mierda en la larga tradición de veranos de mierda que se vienen sucediendo desde que tenemos 13 años, aproximadamente, y ya nos vamos acercando peligrosamente a la treintena.”

Podría parecer que estos nuevos 24 temas son más pesados, más tristes, más hundidos en esa eterna sensación de que nada se mueve, pero no. Los temas de ‘quattro’ están tocados por la magia de la cotidianeidad y esa mezcla de eternas referencias imposibles de aprehender: futbolistas, personajes de series (dedican un tema a ver Celia), músicos olvidados (ese tema en honor a Kate Ryan), supermercados o comida basura. Lo hemos intentado y ni siquiera la wikipedia puede entender tanta broma privada.

Suenan mejor, en parte porque controlan mejor los efectos del Logic, los tutoriales de Youtube y porque, por primera vez, se han decidido a masterizar sus canciones. La variedad de estilos es apabullante, desde un rap deprimente, a las referencias a Magnetic Fields, Guided by Voices, La Estrella de David o Gudar. O los cameos, con compañeros de esta rampante escena DIY como Marcelo Criminal o Cabiria. Autoescuela tienen legión de fans a pesar de sólo haber ofrecido un concierto en su vida, a pesar de vivir en países distintos, a pesar de verse poco. Autoescuela son increíbles porque todo se construye en una larga lista de ‘a pesares’ que destilan para obtener una brillantez sin igual.

“David siente que después de Canapé todas sus canciones no tienen sentido, pero sigue componiendo por hacer algo en la ducha aparte de lavarse”. Otros construirían un relato diferente, casi heroico de su creación, pero los asturianos Autoescuela son así. Y que sigan así, no podemos quererlos más en su eterna y pesada normalidad.